Uno de los aspectos que me llama la atención pero que no he tenido
oportunidad para presenciarlo, son los servicios que presta el SAMUR.
Al fin y al cabo es otra rama más de la emergencia aunque no sea hospitalización.
Los primeros auxilios que realizan los profesionales del SAMUR
son aquellas actuaciones o medidas básicas e inmediatas que se realizan en el
mismo lugar en el que ha tenido lugar el accidente o la pérdida de salud de una
persona, con los medios que se tenga al alcance en ese momento y hasta la
llegada de personal especializado.
Por tanto, los primeros auxilios no son tratamientos médicos, sino acciones
encaminadas a reducir los posibles efectos de las lesiones y a mantener el
estado del paciente hasta la llegada al hospital.
He estado indagando sobre los protocolos de SAMUR para ver si se
asemejan a los de urgencias ante una emergencia, aunque como es lógico no se
puede pretender disponer del mismo tipo de material y recursos en una
ambulancia que en un hospital.
Existe una guía del SAMUR de cómo actuar ante una
emergencia que se explica a continuación:
Antes de acercarse a una persona para valorar su
situación recuerde que debe tomar medidas de
autoprotección:
- Protéjase y proteja al accidentado
- Compruebe que la escena donde está el paciente es segura.
- En caso de accidente de tráfico utilice prendas reflectantes, y siga las indicaciones descritas en Prevención y actuación en accidentes de tráfico.
Los signos
vitales que deberá buscar en una víctima son consciencia y respiración.( este tipo de cuidados se tienen igual en cuenta en el ámbito
hospitalario ante la sospecha de una
PCR)
En el caso de existir varias víctimas se deberá realizar
una valoración rápida de estos dos aspectos de cada una de ellas, antes de
realizar ninguna maniobra sobre una en particular.
Cómo valorar grado de consciencia:
Proceda de la siguiente manera:
Qué hacer:
- Sitúese al lado de la víctima y realice estímulos de intensidad progresiva como se indica a continuación:
(1) Fíjese en si la
persona tiene abiertos los ojos, responde a las preguntas, se mueve con
normalidad. En este caso estaría consciente y alerta.
(2) Si no tiene abiertos los ojos y respira con
normalidad, tóquela con firmeza y grítela preguntando si le pasa algo. Esta
persona podría estar, tan solo, profundamente dormida.
(3) Si responde sin
poder mantener el estado de alerta normal, nos encontraríamos ante una
situación donde la consciencia estaría alterada.
(4) Si ante estos
intentos no obtenemos respuesta de la víctima, nos encontramos ante una persona
inconsciente.
Cómo valorar la respiración:
Qué hacer:
- Si está inconsciente, ponga una mano sobre la frente de la víctima, echando hacia atrás suavemente la cabeza y la otra mano sobre la barbilla, abriendo la boca(maniobra frente mentón para abrir la vía aérea). Aproxime su cara a la cara de la víctima, mirando hacia el tórax, escuchando y sintiendo en su mejilla cómo exhala el aire y observando cómo se eleva el tórax. No emplee más de 10 segundos en esta operación.
- En caso que el paciente no respire o su respiración sea ineficaz (boqueos, escaso movimiento torácico), inicie maniobras de Reanimación cardiopulmonar.
- Si la víctima está consciente, valore el ritmo de la respiración (continuo o con paradas prolongadas), profundidad y rapidez.
Qué NO hacer:
- Apoyarse en el pecho del paciente para valorar la respiración.
- Cerrar la vía aérea mientras valora la respiración.
Impresión de signos externos de gravedad: alteraciones de
la respiración y hemorragias visibles:
Qué hacer:
- Valore el ritmo de la respiración (continuo o con paradas prolongadas), profundidad y rapidez.
- En el caso que la víctima tenga una hemorragia importante, actúe de forma rápida sobre ellas para detener el sangrado.
Qué NO
hacer:
- Cambiar el orden de la valoración de los signos del paciente (consciencia - respiración – hemorragia)
Valoración de signos y síntomas referidos
por la víctima:
En caso de una víctima consciente, es muy importante
poder valorar lo que le está ocurriendo. Para ello, debe estar atento a los
síntomas que la víctima refiera, así como emplear todos sus sentidos para
descubrir lo que le está ocurriendo.
Qué hacer:
- Intente que le refiera su síntoma principal
- Escuche y pregunte a la víctima qué siente: dolor (físico o interno, como dolor en el pecho o en la espalda, o dolor localizado por un golpe o una lesión), falta de aire, debilidad, falta de fuerza, pérdida de sensibilidad.
- Desde cuándo (si es de reciente aparición o si las lesiones ya las presentaba con anterioridad).
- Indague acerca de antecedentes personales médicos: si tiene alguna enfermedad, si le ha pasado alguna otra vez esta misma situación.
- Pregunte acerca del suceso, para valorar su orientación temporal, espacial y personal (dónde está, que día es y cómo se llama).
- Busque signos relativos al síntoma referido:
- Mire los movimientos del pecho, si tiene sangrados, deformidad, simetría en la cara, quemaduras, objetos clavados, movilidad normal en brazos y piernas.
- Toque para notar diferencia de temperatura, si hay alguna deformidad y falta de continuidad en huesos.
- Escuche los ruidos que hace al respirar.
Qué NO
hacer:
- Valorar al paciente en profundidad si está inconsciente o no respira. (Priorice la RCP sobre todo lo demás).
- Intentar hacer diagnósticos médicos. Las sensaciones son muy ambiguas y difíciles de interpretar.
- Ocultar información porque la considere poco importante. Toda la información relacionada con el caso es relevante.
Relación con la víctima
Una persona que ha sufrido un accidente o repentina
enfermedad, se encontrará asustada, perdida, desorientada. Su actuación será
determinante para conseguir un estado de seguridad y tranquilidad.
Acciones
generales. Qué hacer:
- Establezca una relación de confianza y seguridad para ayudar a la víctima.
- Llame a la víctima por su nombre y preséntese manifestando su intención de ayudarle.
- Actúe de forma calmada y sosegada, empleando frases cortas y mensajes claros con un tono de voz agradable.
- Actúe de igual manera con los gestos.
- Acompañe en todo momento a la víctima.
- Proteja la intimidad de la víctima.
- Evite signos externos de alarma.
- Facilite la expresión de emociones y sentimientos.
- Deje hablar y escuche lo que tenga que decirle.
- Identifique necesidades básicas inmediatas de la víctima.
Relación con niños
A lo anterior añada:
- Sírvase de algún juguete o entretenimiento infantil para mantenerlo distraído.
- Pregúntele sobre sus miedos, esto le ayudará a controlar la situación.
- Permita que los padres estén con el niño para tranquilizarle.
Relación con ancianos
Como los niños, las personas mayores son más vulnerables
y la mayoría pueden tener mermadas sus facultades de comunicación (habla,
visión y escucha).
A las acciones generales citadas anteriormente, debe
añadir:
- Pregúntele sobre lo ocurrido varias veces (posibilidad de amnesia).
- Insista sobre tratamientos médicos y enfermedades varias ocasiones.
- Deje que se exprese.
- Haga preguntas concisas y fáciles de entender.
- No pierda la calma ante personas que no puedan entenderle.
- Trate con respeto utilizando las fórmulas apropiadas a la edad.
Relación con personas con ideas suicidas
- Hable con seguridad y con voz calmada.
- Realice una valoración rápida de la víctima: Identifique signos de alteración física, psíquica, emocional y motora.
- Identifique los factores que, posiblemente, hayan precipitado la crisis e intentos autolíticos previos.
- Establezca, junto con la víctima, las necesidades inmediatas y posteriores.
- Facilite la expresión verbal y emocional de pensamientos e ideación autolítica.
- Reduzca los estímulos estresantes.
Qué NO
hacer:
- Alterar el estado emocional de la víctima con comentarios inapropiados sobre su salud, transcurso del tiempo o lesiones graves, incluido el fallecimiento, de otras víctimas.
Muchas de estas medidas y protocolos de
actuación son compartidas también en el ámbito hospitalario, como es el caso de
soporte vital básico (RCP) (aunque no esté detallado, sino sólo nombrado), las
actuaciones previas para comprobar consciencia del paciente y signos vitales…etc.
Además creo que es importante tener ciertos
conocimientos de cómo actúan los servicios de emergencias extrahospitalarias a
pesar de no trabajar en ese ámbito específico. De esta manera podremos
desempeñar mejor nuestro trabajo y estar mejor preparados ante una emergencia
por si algún día formamos parte del equipo de extrahospitalaria.
Se podría decir, que en parte, el trabajo que
desempeñan estos profesionales de primeras, es el de triaje de enfermería o clasificación
de pacientes.
Desde luego esto son protocolos de medidas
generales que se pueden asemejar más a lo que realizamos en nuestro servicio de
urgencias, ya que para catástrofes u otro tipo de emergencias de mayor
magnitud, intervienen protocolos mucho más complicados y específicos.